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viernes, 1 de junio de 2012
AUTORREGULACIÓN.
CAPÍTULO 17. AUTORREGULACIÓN.
Las aproximaciones al estudio de la personalidad que se analizo ya en el capítulo anterior utilizo una metáfora según al cual los seres humanos son una especie de computadora viviente. Las ideas abordadas aquí fundan y amplían esta metáfora, cuando las computadoras se hicieron más complejas, surgió un campo relacionado al que se denominó robótica. Los robots son una combinación de computadora y algo más: no solo procesan y almacenan, si no que participan en acciones dirigidas a la consecución de metas.
El desarrollo de la robótica ha empezado a cambiar la idea que la gente tiene de la naturaleza humana. Cuando empezó a saberse mas sobre la forma de lograr que las maquinas realicen tareas complejas, apareció la sospecha de que las nociones que sirven de base a esas maravillas de la ingeniería pueden facilitar la comprensión del funcionamiento de los seres humanos.
¿En realidad se parecen los humanos a los robots? La analogía nos parece muy herrada cuando se piensa en la organización y el almacenamiento de la información y en el control de los movimientos musculares simples. Pero quizá sea más difícil imaginar cómo mantener la analogía con los aspectos mas complejos de la vida.
¿Cómo relacionar las aspiraciones, deseos y sueños de seres humanos que viven y respiran con las operaciones de una computadora? ¿Puede un robot tener un lugar para las emociones, las esperanzas y los temores, el gozo y la pena? ¿Cómo se ve la personalidad en esos términos? Estas preguntas son todo un reto, y en los últimos 30 años algunos estudiosos han sugerido que la analogía tiene méritos notables. En este capítulo analizaremos algunas ideas en torno de esta analogía y su utilidad en el estudio del comportamiento humano.
Quizá la mejor manera de considerar esas ideas sea suponer que representan una nueva forma de hablar sobre la motivación. Es decir, gran parte del capítulo estudia la forma en que las personas establecen y logran metas, manejan las prioridades, etc. En muchos sentidos estas funciones básicas son las mismas que se han revisado en el capítulo 5, en el contexto de las necesidades y motivos en el estudio de la personalidad. Sin embargo, el punto de vista que se adopta es tan distinto del primero como para hacernos pensar que es más conveniente tratarlos como perspectivas separadas del estudio de la personalidad.
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